„CÓMO, DE LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO, SURGIÓ UNA PROFESIÓN“

Johannes Beurle nos cuenta sobre su vida:

Si alguien me hubiera dicho hace cuatro años - tal vez de camino desde la oficina, hacia el campo de Golf - que alguna vez iba a estudiar en el seminario de sacerdotes, seguramente lo hubiera tomado por loco. La pregunta sobre el sacerdocio me era tan ajena, como la pregunta sobre una vida religiosa acorde a la actualidad. Me encontraba en el camino de construir una carrera. ¿Qué tiene que ver esto con la religión?

En aquél entonces no sabía, que mi creciente inconformidad en mi profesión era un síntoma, de preguntas que yacían más profundo. ¿Para qué trabajo realmente? ¿Cuál es entonces el trabajo correcto, la profesión correcta para mí? ¿Existe algo así, como un llamamiento? ¿Da igual, lo que hago o no hago? Y ¿cuáles son los criterios, sobre los cuáles puedo decidir qué hago? ¿Qué significa ser humano y cuál es la responsabilidad que está ligada a ello? Entonces, ¿sí, a la religión? 

¿Cómo hago carrera como humano?

En seguida estuvo claro para mí, que debía tomar una decisión. O vivimos en un mundo explícitamente material, en el que rige la casualidad, ó, el mundo se encuentra ordenado de tal forma, que tiene sentido. En el mundo de la casualidad, no existiría algo así como un sentido. Nada tendría un sentido. Hasta esta conclusión debemos llegar, si pensamos esta idea consecuentemente. Y si existe un sentido, estaba claro para mí, que debía emprender un camino para encontrarlo. Pues algo había aprendido en mis numerosos seminarios para Managers: "Sólo puedes alcanzar el éxito, si sabes lo que quieres alcanzar."
¿Es necesario para esto estudiar en el seminario de sacerdotes? No, no es necesario. Seguramente hay  numerosos caminos para acercarse al sentido de la humanidad. Pero el seminario es, sin dudas, un buen lugar para ello. En mi diálogo de presentación, quise aclararle explícitamente al director del seminario, que yo no tenía pensado ser sacerdote - como podría, si no sabía nada sobre esta profesión. Además, tenía imágenes vagas, e incluso absurdas, sobre como se sentiría ser llamado a ser sacerdote. Fue muy tranquilizador cuando el director, sonriendo, me dijo que eso no era un problema en absoluto.  
¡El estudio en el seminario lo había imaginado muy diferente! Luego de las dudas iniciales, pude decidirme a empezar el estudio. Pronto, debí aceptar que tenía muchos preconceptos sobre los sacerdotes, el seminario de sacerdotes y la religión, de los que pude deshacerme. Las personas con las que me encontré, no eran ajenas al mundo, ni pasadas de moda. Mis compañeros de estudio eran personas como yo, que habían llegado con preguntas similares a las mías sobre el mundo y la humanidad. Fue el principio de un tiempo maravilloso.

Estudiar lo que el mundo necesita
La currícula abarca prácticamente todos los aspectos del ser humano, embriología, botánica, teoría del color, historia, filosofía, teología, Antroposofía y mucho más. Con el correr del estudio, todos estos temas se van uniendo como pequeñas piezas de un mosaico, formando una gran imagen. Uno aprende a conocerse y a conocer el mundo. Sin importar hacia que profesión me dirija ahora, en el centro no estará mas el egoísmo - la búsqueda de mí mismo, pues con esta pregunta pude ocuparme largamente aquí, ahora puedo preguntarme libremente: „¿Qué necesita el mundo?“

No todos serán sacerdotes
El primer año de estudio en el seminario se ocupa principalmente con la pregunta, qué significa ser humano. Muchos estudiantes regresan luego de este tiempo a sus antiguas ocupaciones, entendiéndolas de una manera nueva, o, de repente, se dan cuenta de lo que quieren y empiezan una profesión totalmente nueva. Yo también podría haber hecho lo mismo. Pero quería aprender más. Además, pronto pude ver la profesión sacerdotal bajo una luz muy diferente. No como una reliquia de tiempos pasados, sino una persona, que acepta como tarea, conducir a otros hacia sus propios impulsos y los invita a conocer otro aspecto del mundo, dotado de sentido. Siento un profundo agradecimiento, por haber podido vivir esto. Me convertí realmente en otra persona, o, debería tal vez decir, me he vuelto completamente ¿humano? En el correr del segundo año, se convirtió en uno de mis impulsos, que otros puedan despertar a este mundo. Y de repente, puedo imaginarme en la profesión de sacerdote. Ahora me encuentro frente a mi tercer año de estudio (práctica), que se desarrollará en una comunidad. Estoy entusiasmado por lo que vendrá después, donde se me necesite.

Johannes Beurle fue consagrado el 24.02.2013 como sacerdote.

Si tiene interés en el estudio en el seminario de sacerdotes, o tiene consultas, nos alegramos  en recibir un mensaje suyo. Con gusto puede acordar una cita para un encuentro personal.

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